Génesis 4 :3.......Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya…
Repita: “miro con agrado la ofrenda de Abel.” A Dios hay que darle lo que le agrada a Él, no lo que yo pienso o creo o me gusta a mi. Cuando usted quiere regalar algo a alguien, usted piensa “¿será que esto le gustara?” El señor ha establecido lo que a Él le agrada; Caín sólo tenía que complacerlo.
¿Estás complaciendo tú a Dios? ¿Le das lo mejor de ti, lo mejor de tu vida, de tu tiempo? Romanos 12:1 dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."
Los antiguos ofrecían animales a Dios por sus vidas, siguiendo la ley de Moisés. Ahora nos ofrecemos a nosotros mismos, vivos a Dios, según la ley de Cristo.
En Romanos 6:19, leemos:…"así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la impureza y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia."
Por lo tanto, entendemos que nuestra manera de vivir en Cristo, debe ser en total dedicación a la voluntad de Dios. Nos hemos de ofrecer del todo a Dios.
Gálatas 2: 20 dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne (en el cuerpo) lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."
El mejor sacrificio, la mejor ofrenda que podemos ofrecer a Dios, somos nosotros mismos.
Declaración
Señor mi Dios, mi creador, te suplico que perdones todos mis pecados; creo que Jesús murió por mí y tomó mi lugar en la cruz. Hoy me ofrezco a ti como una ofrenda limpia y sin mancha.
Rafael Olaciregui
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