miércoles, 31 de agosto de 2016

Día 241 adoración incluye el agradar a Dios


1 Corintios 7:34.......Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

Cuando leo este versículo, me imagino una gran torta que sólo es para Dios, y cuando el hombre se casa, la mitad es para su esposa; cuando tiene hijos, la mitad que era de Dios, la reparte entre estos y su trabajo, pensando que este es el que le sostiene.

Entiendo, entonces, la recomendación del apóstol Pablo: "pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido."

¿Quiere decir, acaso, Pablo que es incorrecto casarse?  !No!  Dice el verso 35: "Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor."

Cualquiera que sea el estado del hombre, soltero o casado, la principal porción de su vida debe ser para Dios; debe distinguir entre el amor que se le tiene a Él y el amor a su familia; los deberes y mandamientos para con Dios y los deberes  con su familia.

Si al Señor se le da el primer y más grande lugar en  nuestra vida, de seguro no tendremos tantas aflicciones.

¡¡No podemos poner a las personas en el lugar de Dios!!

Si una persona, siendo soltera, ama a Dios y le adora en espíritu y en verdad, lo más seguro es que será dirigida por el Espíritu Santo y se casará con alguien que, de igual forma, ama y adora a Dios, de modo que no tendrán tropiezo.

Si una persona, siendo soltera, dice amar a Dios, dice adorarle y se casa con alguien que no ama, y por consiguiente, no adora  a Dios,  tendrá tropiezos toda su vida, a no ser que ese alguien se convierta a Dios. 

1 Corintios 6:14 dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”

Declaración 

Declaro que Jehová, mi Dios, será el primero en mi vida; no habrá quien lo reemplace en mi corazón. Él es el amor más grande en mi ser. No me uniré en yugo desigual en ninguna relación, sea sentimental o económica.

 


Rafael Olaciregui
Centro Cristiano de Colombia
http://centrocristianodecolombia.org

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