sábado, 21 de enero de 2017

¿A quiénes pertenece el Reino de los cielos?


Mateo 5:10........ Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Los que han tomado la decisión de seguir a Cristo como maestro y Señor saben que les aguarda el rechazo de la sociedad, el sufrimiento y la persecución.

Tan pronto se presenten estas circunstancias se sentirán confundidos, se asustarán. Y rápidamente se acobardarán y se desanimarán, abandonando el seguimiento de Jesús.

Pero gracias a las palabras de Jesús, sus discípulos pueden ahora prepararse mental y espiritualmente para lo que les espera.

"Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia."¿Qué es esta justicia? Cuando la Biblia habla de justicia siempre la relaciona con Dios.

Para la Biblia no existe una justicia al margen de Dios. No es ninguna meditación ideológica sobre la esencia de la justicia en su más amplia acepción humana.

La justicia de la que habla la Biblia siempre tiene que ver con Dios. Las personas que tiene Jesús en mente cuando pronuncia esta bienaventuranza son las que sufren y padecen por causa del reino de los cielos.

Son los hombres y mujeres que en todo buscan siempre en primer lugar "el reino de Dios y su justicia" (Mateo 6,33).

Justicia es en la Biblia un sinónimo de piedad. En este sentido utiliza Jesús la palabra justicia en la última bienaventuranza.

Jesús está diciendo:  "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de su piedad, por causa de su fe, por su amor a Dios; porque de ellos es el reino de los cielos." De estas personas se habla aquí y de ningunas otras. Aquí no se declara bienaventurados a los que luchan por una mayor justicia social en el mundo.

Esta bienaventuranza no es un llamado a la lucha social, política y revolucionaria. No es una propaganda a favor de la transformación de las circunstancias sociales.

Jesús declara bienaventurados a los hombres y mujeres que, por causa del ejercicio de su fe cristiana y por causa de su seguimiento a Jesús, son oprimidos, maltratados y perseguidos.

Declaración

No temeré a la persecución ni a la discriminación, pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse

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