Mateo 5:8.......Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
El Juez ha determinado quién verá al Rey, al Padre, a nuestro único Dios; y la condición es la de ser " de limpio corazón."
Ningún ser humano que esté practicando un pecado tiene su corazón limpio. El libro de Gálatas 5:19 contiene una lista de quiénes no heredarán el reino de los cielos, lo cual equivale a ver a Dios. Esta lista es un magnífico instrumento de evaluación si veremos o no a Dios.
"Manifiesta son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."
1 Corintios 6:8 ofrece otra lista: "cometéis injusticias y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.…”
"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura." (Romanos 3:10-14)
Ningún ser humano, hasta ese momento que Jesús establecía las condiciones, daba la evidencia de lograrlo. Aún hoy, pocos lo logran. La escritura dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” (Romanos 3:23)
Sólo mediante la fe en el sacrificio, muerte y resurrección de Jesús, cuando el ser humano cree esta verdad, y se arrepiente de todo corazón, el poder de la sangre derramada por Jesús lavará todo pecado e injusticia del corazón quebrantado y obtendrá un corazón limpio.
Declaración
Creo que Jesús, el hijo de Dios, murió por mí, tomó mi lugar, cargó todos mis pecados en su cuerpo. Hoy me arrepiento y me duele haber ofendido a Dios, al cual suplico me perdone, me haga su hijo y me dé un corazón limpio.
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