lunes, 16 de enero de 2017

¿Para quién será la tierra?


Mateo 5:5.......Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

El Señor nuestro Dios dijo: " Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. (Isaías 65:17-18)

La nueva tierra necesitará administradores nuevos; no pueden ser los actuales, pues muchos de ellos no se han vuelto al Padre en el nombre del hijo Jesucristo. Además, no podrían clasificar debido a la condición impuesta por el Juez: deben ser "mansos."

El patrón para medir y tomar la evidencia de quienes entrarán en el reino de los cielos es el mismo Jesús, el cual se dio a sí mismo como una muestra de lo que el Padre demanda de sus hijos.

"Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."

"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca." (Isaias 53:5)

De la única forma en que un ser humano clasifique en esta demanda de Dios es "ser manso como Jesus."  Él dijo: "..Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" esto solo se logra por la relación con El Espíritu Santo de Dios, en oración y tiempos a solas con El.

 
 "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos." (Galatas 5:22-24)
La mansedumbre tiene que ver con otras personas. Es cierto que tiene una relación con Dios, pero la mansedumbre de un hombre está referida especialmente hacia sus semejantes. Él no es simplemente manso por dentro; su mansedumbre se manifiesta en sus tratos con otros.

La única manera en la que Dios nos comprueba si somos mansos o no es colocándonos con aquellos que probarán nuestro temperamento. (Esto nos ayudará a corregirnos por medio de una buena relación con Espíritu Santo).

Declaración

Señor, de madrugada, de mediodía y de noche, y en todo momento, te buscaré, con la certeza de que en tu presencia cambiarás mi carácter como el tuyo, transformarás mi vida, pondrás paz en mi ser y seré manso y humilde como tú.

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