2 Timoteo 1:6.......Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos."
Timoteo, un discípulo de Pablo, había recibido al Espíritu Santo y este le aconseja: "aviva el fuego”. Pablo compara la presencia de Dios con el fuego, el cual debe ser mantenido para que no se apague. Él usa la figura de las lámparas del templo que había que llenarlas constantemente de aceite, y del altar que debía ser mantenido con leña para que no se apague.
La presencia del Espíritu Dios en nosotros nos limpiará de toda inmundicia.
Malaquías 3:2 dice: ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.
El hombre lleno del Espíritu Santo, al imponer sus manos sobre otro creyente, hará que este último lo reciba también.
El fuego de Dios puede ser avivado como también puede ser apagado. En la 1ª epístola de Pablo a los Tesalonicenses 5:19 dice: "No apaguéis al Espíritu". Esta expresión nos sugiere claramente la idea de que, este asunto de apagar o avivar el fuego del Espíritu, depende exclusivamente del creyente y no de Dios.
¿Cómo se puede apagar y cómo se aviva? El creyente debe saber que todo lo que está asociado al mundo, como también todo pecado, apaga el Espíritu. La incredulidad es un gran pecado, responsable de otros muchos, por tanto, es causal de apagar al Espíritu. Por otro lado, todo aquello que pone al creyente en contacto íntimo con Dios, sea la oración, la lectura o el oír la Palabra de Dios, la comunión con otros creyentes, enciende el fuego del Espíritu.
El fuego del Espíritu Santo te hará crecer, te dilatará, te ensanchará...
Isaias 9:7 dice.........."Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”
El fuego de Dios es el poder sobrenatural que viene de su misma presencia. ¿Qué hace el fuego? En el caso del agua, la hace hervir. ¿Qué hace con un metal? Lo dilata. ¿Qué hace con un gas? Lo expande. ¿Qué hace con un gas encerrado? Lo expande hasta explotar, reventando el recipiente que lo contiene..
El fuego viene a purificar y a traer juicio.
Ese fuego desata pasión. No puedes ser luz del mundo sin fuego. ¡No puede haber luz sin estar encendido un fuego!
El fuego desata Pasión por la presencia de Dios. No te importa nada, quieres estar en su presencia; Desata Pasión por la pureza y la santidad, para que anheles la pureza, la santidad; y Desata Pasión por ser amigo de Dios y tener comunión íntima con Él.
La Biblia enseña que el fuego desciende cuando hay sacrificios, y que su poder no será derramado sin que haya habido un sacrifico. Si haces eso, espera el fuego de Dios!!!
Declaración
Declaro que me presentaré ante Dios como un sacrificio vivo y santo, renunciando, en el nombre de Jesús, al pecado, al deseo de los ojos, a la vanagloria, y a toda concupiscencia.
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