viernes, 27 de enero de 2017

Un llamado, tres Responsabilidades


1 Pedro 2:9........ Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

Desde que recibimos en nuestro corazón a Jesús, somos salvos; y la actitud de Dios hacia nosotros cambió; antes éramos "enemigos" (Romanos 5:10)  pero ahora somos sus amigos. Juan 15:15 dice: "ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre.”

Además, también somos sus hijos, si aceptamos ser guiados por su Santo Espíritu. Él nos cuidará, nos respaldará,  y nos dará paz en todo tiempo.

Al reconciliarnos, arrepentirnos y creer en el sacrificio de Jesús, Dios perdonó nuestros pecados, sanó nuestro cuerpo, nos dio paz y la vida eterna.

Pero Él también espera de nosotros, como hijos, la obediencia, el compromiso, y la responsabilidad en tres áreas que definen nuestro nuevo  oficio.

La primera: ejercer cómo sacerdotes. Ser escogidos por Dios significa que hemos sido seleccionados a prestar un servicio, en este caso, "Real Sacerdocio."  Un sacerdote es uno que intercede ante Dios por las demás personas; éste es también el oficio de Jesús, nuestro Señor. Es un honor ser llamados al sacerdocio.

¡Todo creyente debe ser un sacerdote!

La segunda: ser una "Nación Santa." Esto significa apartados para Dios, lejos del pecado, no andar en lo que anda el mundo; por el contrario, ser un ejemplo de "verdadero hijo de Dios," predicar no sólo con palabras si no también con el testimonio.

¡Todo creyente debe ser Santo!

La tercera: anunciar las virtudes de Cristo. "Adquirido por Dios"  significa comprado, en este caso, para una función: anunciar los beneficios del sacrificio de Jesús al sacarnos de la oscuridad del pecado y llevarnos a su luz admirable.

¡Todo creyente debe predicar de Cristo!

Declaración.
Declaro que soy un sacerdote, llamado por Dios, para interceder a favor de los que serán salvos. Declaro que me guardaré del pecado, que seré de buen testimonio y que anunciaré las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús.



No hay comentarios:

Publicar un comentario