La aflicción de Job

Job 42:10.... Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.

La aflicción de Job fue distinta a la de Ana,  está se afligió a causa de la burla de la otra mujer que tenía su amado  esposo y de ser estéril. 

La aflicción de Job fue distinta a la de Jeremías el cual se afligió a causa del pecado de su pueblo y del sufrimiento que el padecía a causa de ellos.

La aflicción de Job fue a causa de perder su fortuna, sus hijos, su salud, el amor y el respeto de su esposa y el de sus amigos.

 El nombre Job significa “el que llora o el que clama”, así que podemos decir que literalmente dice: “Y quitó Jehová la aflicción del que clama”.

A causa de su clamor Job tubo un encuentro con Dios, y Job tuvo que reconocer su ignorancia. 

(Job 42:3) “… Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.

Uno de los beneficios del tiempo de aflicción es entender que en medio de ella Dios estará con nosotros y nos dará la victoria sobre ella. Toda aflicción una ves concluida nos llevará a un conocimiento superior de Él y sabremos quién es Jehová: El es nuestro proveedor, El es nuestra paz, El es nuestro sanador, El es quien perdona nuestros pecados.

Hay por lo menos tres tipos de aflicción. La primera categoría de aflicción es la que creamos nosotros mismos a través de nuestras malas decisiones, la no obedeciendo a Dios o no buscando su buen consejo.

La segunda categoría de aflicción es que la que permite al hombre pecador volverse a Dios acudir a su misericordia. Y la tercera la que nos purifica dice el Señor : " He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.(Isaias 48:10)

A Job le fue necesario pasar por ese horno de la aflicción.... "Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti… De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.(Job 42:2)

Oración

Señor, aunque no conociera la causa de mi aflicción, sé que tÚ estarás conmigo en medio de ella y que saldré fortalecido, y purificado. Sé que en Cristo todo lo puedo. En medio de la aflicción  te adorare