lunes, 13 de marzo de 2017

La confesión del pecador


Salmos 32:5.......Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

Cuando usted conoce a Dios, sabe con certeza lo que significó el sacrificio de Jesús en aquella cruz. El resultado de haber ofendido a Dios es aún más terrible que para aquella persona que no le conocía, pues conociéndole, no le dio la y honra y su postrer estado será peor que el primero.

David, el rey, conocía a Dios, lo cual, al momento de la tentación, no le importó, pecando contra Dios, porque todo pecado, toda ofensa es directamente contra Dios, y al instante, David perdió el gozo, la alegría que da la buena relación con Dios.

Decía David en el Samos 6:6 " Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir.....

David estaba bajo un profundo quebrantamiento, un gran dolor llenó su alma. A causa del pecado, había perdido lo que más apreciaba: la presencia de Dios en su vida.

David no ignoraba que los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado y que al corazón contrito y humillado no despreciaría.. Salmos 51:17

La persona que no ha tenido una experiencia con Dios, luego de pecar, experimenta una especie de sentimiento al cual llaman remordimiento, vergüenza hacia las personas que le rodean. El que ha tenido una experiencia con Dios, experimenta, además de lo anterior, un gran dolor por haber ofendido a Dios.

David decía "Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados,  y borra todas mis maldades.....Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente (salmos 51:7).

Si usted está pasando por una situación parecida, lo más acertado es confesar a Dios su pecado, el cual es amplio en perdonar. David dijo....."Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración. Mi pecado te declaré,  y no encubrí mi iniquidad. Dije:  Confesaré mis transgresiones a Jehová;  Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. 

Oración
Señor, ruego en el nombre de tu hijo Jesús, me perdones. Me duele en el alma haberte ofendido. Hoy he comprendido que toda ofensa realizada contra un ser humano es contra ti. Confieso todos mis pecados. Sé que no te son ocultos

No hay comentarios:

Publicar un comentario