lunes, 3 de abril de 2017

¿Cómo es que uno puede cambiar?


2 a los Corintios 3:18.....Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que refleja la gloria del Señor, y vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Señor, que es el Espíritu.

Cuando vivimos lejos de Dios y de su palabra, hay un velo que cubre nuestros ojos, hay un tapón en nuestros oídos que no nos permite escuchar el concejo del mismo Dios, hay telarañas en nuestra mente que no nos dejan discernir.

Dice la escritura que Jesús vino a los discípulos  andando sobre el mar y Pedro le dijo: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas  y Jesus le dijo: Ven y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame!”

¿Cuál era el espejo? Jesús, su palabra. Mientras nos reflejemos en ella, seremos idénticos a Él. Pedro miró a Jesús, se vio en Él y caminó sobre el mar. Miró las olas, sintió el viento, quitó su mirada de Él y se hundió… ¿Me comprende?

¡La palabra dicha por Jesús hará que caminemos en forma sobrenatural!

Un espejo duplica una imagen. Cuando nosotros tomamos la palabra de Dios y la depositamos en nuestro ser y la cumplimos, las personas verán en nosotros no sólo el rostro de Dios, sino también su gloria.

Cuando usted se mira en un espejo real, usted está mirando su rostro, no el de otra persona. Cuando somos  obedientes a la palabra de Dios, Él nos verá  como Él es y viceversa.

Cuando Pedro dejó de ver a Jesús, se hundió. Si usted lo mira y actúa, todo es posible...¡el milagro ocurrirá!

Cuando usted deja de mirarlo a Él, se enferma, se vuelve carnal, su mente estará  cerrada,  no verá las oportunidades. Todo lo verá borroso.

Recuerde, la palabra dicha por Dios en el huerto del Edén..... "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,  conforme a nuestra semejanza;  y señoree en los peces del mar,  en las aves de los cielos,  en las bestias,  en toda la tierra,  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra".

¿Qué ha hecho el diablo? Ha robado esa palabra, la quita de los colegios, de las universidades y aún de las congregaciones, y la ha sustituido por reflexiones humanas, por filosofías, por estándares que no cambian al ser humano sino que, por el contrario, lo reafirma en su condición.

Sólo el poder de la palabra de Dios puede cambiar nuestra vida, transformarnos en nuevas criaturas, hacernos a su imagen y semejanza.

Oración 
Gracias te doy Señor Jesús por el recurso que me has entregado: tu palabra escrita.  Te prometo que en ella meditaré, la guardaré en mi corazón y la pondré por obra. Yo quiero ser un reflejo de tu gloria, yo quiero cambiar.


Día

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