martes, 11 de abril de 2017

La agenda de la salvación

El tercer día       

Marcos 11:20..........Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios, porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Jesús, el tercer día, fue informado por Pedro del estado de la higuera, lo cual aprovechó para enseñar nuevamente del poder que nos entregaba. Con nuestras palabras podemos ocasionar vida y muerte. 

También enseñó de nuestra necesidad  de perdonar. 

 "Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” (Mateo 21:26)

Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. (Mateo 26:1)

 En sólo tres días,  los “hosannas” cambiarían a gritos de "¡Crucifícalo!" (Lucas 23:20-21). Quienes lo aplaudieron como Rey, pronto lo rechazarían y abandonarían.

Esto refleja la maldad, el egoísmo nuestro, el amarnos a nosotros mismos más que al creador. Mientras Jesús se mantuvo haciendo milagros fue elogiado por las multitudes, pero al ser confrontados con la realidad de nuestro pecado, ya dejamos de quererlo y le abandonamos.

Abandonar  a Cristo después de conocerle, después de haber recibido un milagro, es como ser parte de los que le calumniaron, le condenaron y gritaron: “¡crucificadle”! 

Lucas 22:1 dice: "Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua. Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo. Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;

"y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría. Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero. Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.”

Declaración 
Declaro que nunca me apartaré de Cristo; nunca descuidaré la relación con su Santo Espíritu; oraré en todo tiempo. En mi mente y en mis labios siempre habrá una adoración a mi creador. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario