domingo, 9 de abril de 2017

La agenda de la salvación. Día primero


Marcos 11:7....... Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: !!Hosanna! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor! !!Bendito el reino de nuestro padre David que viene! !!Hosanna en las alturas!

Jesús entró a Jerusalén el primer día de la semana. El relato bíblico nos enseña que muchas personas lo recibieron como el Rey que Él es. Él recibió la alabanza y la adoración de la gente, porque sólo Él se lo merece. El colocar los mantos fue un acto de homenaje a la realeza. Jesús estaba declarando abiertamente a la gente que Él era su Rey y el Mesías que habían estado esperando.

Ese día se cumplió la profecía de Zacarías 9:9, “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna." 

Jesús iba en un asno hacia Jerusalén, como un rey victorioso, y es aclamado por el pueblo como un rey que sube a su palacio. Este fue un día especial.

Relata el evangelio de Lucas en el capítulo 19:41  "Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: !Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos."

"Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,  y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación."

Él profetizó, con lágrimas, sobre el futuro de Jerusalén.

Él vio, como en una película, el futuro, lo que ocurriría tres días después; que quienes le aclamaron ese día,  tres días más tarde, dirían: “crucifíquenlo.”
También vio que muchos no se arrepentirían y que, cuarenta años más tarde,  Jerusalén sería  destruida por los romanos.

Ese primer día fue amargo. A pesar que le recibieron como rey,  lloró al saber de la indiferencia, y el rechazo de quienes tanto Él amó.

Dice Marcos 11:11: "Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.”

Declaración 
Creo en ti, Señor Jesús. Creo en tu sacrificio. Me arrepiento de mis pecados. Me duele haberte ofendido. Hoy te acepto como mi único y suficiente salvador. Siempre te  bendeciré, te honraré y nunca te rechazaré.
El

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