domingo, 16 de abril de 2017

La agenda de la salvación. El octavo día


La resurrección de Jesús

Mateo 28:1.......Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

Así como la muerte del Señor Jesús fue el pago por nuestros pecados, la resurrección de Cristo era parte esencial del plan redentor de Dios para los hombres.

La resurrección de entre los muertos fue un evento que identificó a Jesús como el Mesías prometido, el Redentor y Salvador de la humanidad.  Somos “justificados” por el poder de la resurrección. Romanos 4.25.
 
La resurrección de Cristo como primicia nos garantiza la resurrección nuestra. Las primicias eran los primeros frutos que se tomaban de la cosecha. A la vez de ser una promesa de la abundancia que vendría, las primicias son parte integral de la misma cosecha. Así también nuestra resurrección es parte integral de la resurrección del Señor Jesucristo.

Tenemos una posición especial con Cristo en el cielo por la resurrección, Efesios 2:4  dice......"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia, en su bondad, para con nosotros, en Cristo Jesús. “ 

La resurrección de Cristo nos da la victoria sobre el pecado. Porque Cristo se levantó de la muerte, el Espíritu Santo ahora habita en el corazón de cada creyente (Juan 16:7-16). La resurrección nos asegura que tenemos una victoria sobrenatural sobre el pecado en nuestra vida diaria. Por nuestra unión con el Cristo viviente, él se dará a sí mismo para vivir su vida a través de nosotros. Nosotros tenemos un poder sobrenatural disponible para vivir la vida cristiana.

La resurrección de Cristo es la base de la fe y de la esperanza de todos los cristianos. Una de las grandes afirmaciones del Nuevo Testamento es la que se expresa en las palabras de Jesús mismo: 'Porque yo vivo, vosotros también viviréis' (Juan 14:19).

La resurrección de Cristo nos otorga poder sobre el pecado, sobre el diablo y sobre las enfermedades (Filipenses 3:8).

Declaración 
Gracias, mi Jesús, por resucitarme. Yo estaba muerto en mis delitos y pecados. Tu sangre derramada lavó mis pecados y me redimió. Tu muerte trajo el perdón del Padre hacia mí y por tu resurrección he sido justificado y tengo victoria sobre el pecado; ya no me domina

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