Filipenses 4:19.......Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Dios promete suplir todo lo que nos falte. A esta promesa se le opone el diablo. Él quiere vernos derrotados en las tres áreas fundamentales de nuestra vida como son la espiritual, la física y la económica. En lo espiritual, él quiere que estemos en stress, en depresión, en celos, contiendas, amarguras, o en demencia.
En la parte física, quisiera el enemigo vernos enfermos, con cáncer, sida, o cualquier enfermedad desastrosa. En lo económico, el diablo es feliz cuando alguien vive en ruina.
Pero no es sólo el diablo el que se opone a la promesa de Dios, el cual quiere suplir todo lo que necesitamos en las tres áreas, somos nosotros mismos quienes, en ocasiones, nos oponemos sin darnos cuenta. Con frecuencia escucho la expresión, "me conformo solo con estar sano."
Otros dicen “con que me dé un trabajo y fuerza es suficiente”; otros dicen, "no estoy de acuerdo que a Dios se le pida recursos financieros."
Si usted piensa así, deténgase en este día y medite en esta promesa: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús", o esta otra expresada en 3 Juan 1:2: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
La condición para recibir esta promesa es ser hijo de Dios y pedirle como hacen nuestros hijos cuando necesitan algo.
Dios quiere que seamos prosperados en todos los sentidos de nuestra vida y es por eso que promete suplirnos todo lo que necesitemos. A nuestro Padre le interesa que nosotros estemos bien. Quiere que seamos felices. Quiere vernos reír, y disfrutar la vida. No se lo imagine despreocupado de nuestras necesidades.
Usted, como padre de familia, quiere para sus hijos lo mejor o ¿es que acaso usted quiere que sólo estén sanos y que no estudien en los mejores colegios o universidades? Pues considere a Dios como su Padre, atrévase a apropiarse de sus promesas, no sólo las espirituales y las de salud, reciba también una buena condición económica.
Declaración
Acepto, en este día, la salud, la paz y toda provisión económica que venga de parte de Jehová, mi Dios. Ruego, en el nombre de Jesús, su hijo que me perdone por haber rechazado con mis palabras toda bendición que Él me ha tenido reservada
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