lunes, 25 de enero de 2016

Promesa día 4 Ninguna arma contra ti prosperará



Isaías 54:17......Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

Esta promesa hace parte del legado que nos corresponde por haber sido hechos herederos de nuestro Padre que está en los cielos. Los que no han tenido el privilegio de creer en Jesús, ni de aceptarlo como su único y suficiente salvador, viven por la ilusión de que algún pariente les deje una herencia y su condición de vida cambie.

Pero los que hemos creído esperamos preciosas y grandísimas promesas, para que por medio de ellas lleguemos a ser participantes de su naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. (2 Pedro 1:4) 

El Señor promete: "Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir"

"Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová." (Isaías 54:17)

Cuando Isaías dice que ninguna arma forjada contra nosotros prosperará, se refiere a que nadie ha hecho el arma que pueda destruirnos, ni siquiera Satanás. De manera que si permanecemos siempre bajo la cobertura de Dios, el enemigo no tiene poder contra nosotros. Esto nos garantiza que si hacemos la voluntad de Dios, Él nos concederá todos los deseos de nuestro corazón y el diablo no podrá impedirlo, ni mucho menos destruirlo.

Note que cada promesa tiene una condición. En este caso en particular es ser heredero. Romanos 8:16 dice "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

La promesa también nos proporciona autoridad para condenar toda palabra que venga en contra de ti, así que no hay palabra de envidia, ruina, fracaso, enfermedad, que pueda hacer efecto en nuestras vidas, porque por su sangre obtuvimos la victoria y nuestro enemigo fue exhibido públicamente en la cruz del calvario.

Declaración
Declaro que no tendré temor alguno del enemigo que se levantare contra mí, sea espiritual o sea terrenal, pues Dios estará conmigo. Confío en su promesa de que no existirá arma que pueda ser usada en mi contra, pues soy un heredero de su gracia inmerecida por mí. 







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