sábado, 30 de enero de 2016

Promesa día 30 Una promesa de amor


1 Juan. 4:15-16.......Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

Sin duda esta es la más grande de las promesas: "el que confiese que Jesús es el hijo de Dios ha creído en  el amor que Dios nos tiene y por tanto Dios estará en él."

Para manifestarnos su amor,  Dios entregó a su único hijo: " Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)

Aquí la promesa se activa en tu vida creyendo y confesando. Entiéndalo de esta manera, creyendo y predicándolo. ¿Cómo van a conocer las otras perdonas del amor de Dios si no hay quien les predique?
Todo aquel que predique (confiese) a Cristo experimentará  en su ser un gozo y una paz. Si aún no lo ha hecho, comience hoy mismo y se convencerá del amor de Dios hacia usted.

Esta promesa va en cadena: "Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.” (1 de Juan 4:11-12)

Es hora de manifestar el amor de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

Ninguna religión, ninguna filosofía, ningún ser humano, ninguna actitud nuestra podrá darnos lo que está promesa nos ofrece. No se engañe a sí mismo: "satisfacción no es lo mismo que amor." Usted se siente satisfecho cuando realiza una buena obra pero si no tiene a Cristo no tiene amor.

La Escritura es clara al respecto: "Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy."

 "Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve."(1  Corintios 13:1-3)

El que no confiesa a Cristo no tiene la promesa del amor. Invirtiendo esta frase: el que no manifiesta amor, no tiene a Cristo

Declaración 
Declaro que Jesucristo es el Señor. Creo que cargó sobre su cuerpo todos mis pecados, todas mis enfermedades, y toda maldición. Predicaré de su gran amor a toda criatura,
al entregar su vida por mí y por ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario