domingo, 14 de febrero de 2016

Promesa día 45 Cenaremos con Cristo Jesús



Apocalipsis 19:9.......Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Jesús ha prometido que un día cenaremos juntos en los cielos. Tal promesa es para los que son llamados a la cena.

A las personas que se aman les encanta comer juntas. Jesús les dijo a sus discípulos: “Por eso, yo mismo les concedo un reino, así como mi Padre me lo concedió a mí, para que coman y beban a mi mesa en mi reino.” (Lucas 22:29-30).

Un día estaremos literalmente disfrutando de la presencia física de nuestro Dios y de su hijo Jesús, hablaremos con Él, le preguntaremos lo que queramos y nos alegraremos en medio de una cena.

Jesús le dijo a sus discípulos: «… vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. »  Jn 14:3. Aquí se observa que Jesús usa términos comunes, terrenales que indican espacio para describir el Cielo, la palabra donde se refiere a un lugar, a una localidad. De igual modo, la frase: “y os tomaré a mí mismo” (para llevarlos conmigo) indica movimiento.

También Jesús le dijo a sus discípulos "en la regeneración (renovación de todas las cosas), cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros también os sentareis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Mateo 19:28)

El Señor Jesús relata en una de sus parábolas que los convidados son muchos, que algunos le rechazarán la invitación, que, de todas formas, él realizará la fiesta en los cielos, y también relata que algunos pretenderán entrar en la fiesta sin estar preparados.

"Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Porque muchos son llamados, y pocos escogidos." (Mateo 22:11)

Asegúrese hoy mismo de estar entre los invitados, y profundice en esta promesa.


Declaración 
Acepto la invitación a la cena de las bodas del cordero. Declaro estar listo para tal celebración. A partir de hoy cuidaré el no perder tal privilegio. No permitiré que nadie me robe tal bendición. Cuidaré mi comunión con Dios, esperando tal momento sublime

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