jueves, 18 de febrero de 2016

Promesa día 49 Él no recordará nuestros pecados



Isaías 43:25....... Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.

Esta promesa nos garantiza el perdón de todos nuestros pecados pues donde no hay acusación, no habrá condenación, "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1)

Dios promete no sólo borrar nuestros pecados, también promete no acordarse más de ellos. Una vez perdona, nunca más los recordará. Muy distinto al hombre natural que siempre los recuerda. "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana."  (Isaías 1:18)

La mayoría de las personas no creen en esta promesa, no la quieren aceptar, pues su propio corazón es duro para perdonar, hasta el punto de decir "que Dios te perdone, pero yo no."

El mismo diablo que induce al hombre a pecar contra Dios es el mismo que le dice después “Dios no te puede perdonar.” Él quiere que éste sea condenado, que no tenga esperanza alguna de salvación. Sin embargo, hoy Dios te dice: "no me acordaré más de tu pecado."

¿Por qué no acogernos a tal amnistía de parte del Señor? Otros profetas ratificaron esta promesa: “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado." (Jeremías 31:34)

"Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados, y de sus iniquidades." (Hebreos 8: 12)

"Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones." Hebreos 10: 17.

Se ha puesto a pensar usted, por qué Dios no le quita la vida al que no le santifica guardando el día de reposo, o al mentiroso, al adúltero, al blasfemo, al brujo etc. No lo hace esperando ese día, ese momento que se arrepienta y  acepte su perdón.

Requisito para el cumplimiento de esta promesa es creer en el sacrificio de Jesús. "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."

Declaración 
Decido, en este día, aceptar el perdón  de Dios. Creo que Jesús tomó mi lugar y cargó sobre su cuerpo todos mis pecados. Decido perdonar también a toda persona que me ha hecho mal, que me ha ofendido, que ha sido desleal.


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