viernes, 26 de febrero de 2016

Promesa día 57 Él me esconderá en el día del mal


Salmos 27:5........Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto.  Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.

Para recibir el beneficio de esta promesa, usted debe conocer qué es el tabernáculo y cuál es lo reservado de su morada. El tabernáculo es la casa de Dios, y lo reservado de ella es su habitación privada.  A Moisés le fue mostrado el diseño y luego lo construyó.

Lo más reservado de ella se llama el lugar Santísimo y en la época  que se escribió la promesa sólo podía entrar a ese lugar el "sumó sacerdote" una vez al año con la sangre del cordero sacrificado por los pecados del pueblo.

Hoy, usted puede entrar a la presencia de Dios por medio de la sangre derramada por Cristo, el cordero de Dios, el cual le guardará en el día del mal.

Al creer en el sacrificio redentor de Jesús tenemos libre acceso a su presencia; gozamos del privilegio de que no tenemos que esperar un año o una fecha determinada. En cualquier instante del día o de la noche podemos, por medio de la oración y la alabanza, estar a su lado.

Colosenses 3:3, dice  “porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios."

Nadie nos podrá hacer daño, nadie podrá tocar nuestras vidas, ¡ni aún los ataques del mismo diablo! Estamos seguros y confiados bajo la protección y el abrigo del Señor.

Por esta razón, ¡No hay por qué temer! Como nos declara el Rey David, “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmos 27:1). 

En medio de toda situación difícil usted podrá  esconderse en el lugar secreto de su presencia, "la oración." 

El Salmo 31:20 dice: "En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas."

El Salmo 91:1 dice: "El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente."

Declaración 
En ti estoy seguro. Cada mañana al despertar, Jehová, mi Dios, sé que en ti  puedo confiar. Tú me guardarás. Has  puesto un muro  a mi alrededor. No tendré temor en el día malo, tú eres mi castillo y mi roca fuerte.

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