lunes, 29 de febrero de 2016

Promesa día 60 El concederá las peticiones de tu corazón



Salmos 37:4.......Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Deleitarse en Jehová es alegrarse en su presencia.  Deleitarse en el Señor es tener el deseo de honrar su nombre, es alejarse del pecado y hallar refugio en su palabra.

El salmo 1:2 menciona: "El que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará."

Usted notará que algunas personas siempre son las primeras en llegar al culto, nunca faltan, y aún en medio de la lluvia o dificultad siempre están ahí adorando a Dios. Para otros es un martirio el culto;  hay  que llamarlos, estimularlos. Siempre llegan después de la alabanza etc.

El salmo 48:8 nos sirve de parámetro para saber si en Él nos deleitamos. Si usted se siente bien o mal cumpliendo sus mandamientos que son la voluntad de Dios para nosotros, dice:  "El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón."

No es que sea una fórmula para obtener la  promesa de Dios, pues alguien podría decir “a partir de este momento, cumplo este requerimiento y mañana obtendré un beneficio.” No, no es así. Más bien es la explicación del por qué algunos ven el cumplimiento de sus sueños y sus deseos y otros no.

Jeremías 17:9 dice: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras."

Usted puede, a partir de hoy, proponer  en su corazón el agradar a Dios. Pida la ayuda del Espíritu Santo, lea la Biblia, no haga nada con la intención de recibir algo a cambio, enamórese de su creador y comprenderá esta promesa y sus resultados.

Declaración 
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno corrígeme, enséñame, te  lo ruego en el nombre de tu hijo Jesús. 
 









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