2 timoteo 4:7-8....... He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Amar la venida de Jesús es uno de los requisitos para ser arrebatados hasta los cielos cuando toquen la final trompeta y Él venga por nosotros (1 Tesalonicenses 4:17). Él nos proporcionará el cumplimiento de la promesa de una corona llamada de justicia.
Hay personas que no creen en la venida de Jesús. Otros, simplemente, no desean que él venga pues han echado raíces en esta tierra. Ellos desean ver cómo su negocio produce, cómo sus hijos crecen. Otros esperan que lo que sembraron produzca; otros esperan casarse, tener la casa de sus sueños. Ninguno de tales sueños es incorrecto; lo malo es no desear estar con Cristo por la eternidad.
Jesús promete venir por nosotros para que estemos donde él esté. Usted debería tomar esta promesa "olvidada por muchos," procesarla en su mente, y vivir cada minuto, cada hora, cada día esperando el cumplimiento de esta promesa.
Pero quiero que sepa que él podría tardar no sé qué tiempo (Mateo 24) y en ese lapso usted podría morir, lo cual no invalida la promesa, pues usted se adelantaría a otros y Jesús se lo llevaría a su morada en el cielo.
Pelear la buena batalla es una figura utilizada por el apóstol Pablo para expresar que tendremos una lucha constante contra el pecado, contra los pensamientos incorrectos, contra las falsas doctrinas y contra el mismo diablo. (Efesios 6:12)
Hebreos 10:35 dice: "No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
2 Pedro 3:9 dice: "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
Declaración
Señor Jesús, deseo que vengas por mí. Cada día, cada hora, cada minuto te esperaré. Me esforzaré, lucharé contra el pecado, resistiré en tu nombre toda tentación. Ruego que no apartes nunca tu Espíritu de mí y que me sustentes
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