lunes, 18 de abril de 2016

Día 109 El Principio de oír más que de hablar

 

Santiago 1:19.......Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.

Hay una gran sabiduría en este principio: "es mejor escuchar que hablar." Nos evitaríamos muchos inconvenientes en esta vida y aseguraríamos la vida eterna si prestamos nuestros oídos a la voz de Dios.

Según las escrituras, el hombre sabio es el que escucha a otro y aumenta su saber: "Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo." (Proverbios 1:8)

Y el que mucho habla cometerá muchos errores: "El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.” (Proverbios 19:19)

Es mejor escuchar antes de responder a alguien que nos lo requiera: "El que responde antes de oír comete insensatez y deshonra." (Proverbios  18:13)

El oír la palabra de Dios traerá bendiciones a nuestra vida. Hoy mismo usted debería de tomar la decisión  de escuchar lo que él dice.

Romanos 10:17  dice: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." Si usted no escucha palabra de Dios, no podrá tener fe jamás... 

¡Qué importante es que desarrollemos un oído espiritual para que avancemos en el área de la fe! Es por medio de la Palabra de Dios que nuestro oído espiritual será despertado para oír palabras como los sabios. Esas son las palabras que entran a nuestro espíritu y después se convierten en la fe, que es la substancia de las cosas que se esperan.

Si la fe viene por el oír la Palabra de Dios, entonces es importante que aprendamos a oír.

No sólo la fe viene por el oír, sino que la incredulidad, el temor y la duda también vienen por el oír al diablo, el cual utiliza personas que, consciente o inconscientemente, nos hablan constantemente en forma negativa. Siendo esto así, usted debe escoger a quien escuchar.

 Cada persona es el producto de lo que oye, sea bueno o sea malo.

Es un error pensar que el escuchar algo corrompido no nos afecta. Toda palabra tiene efecto en el ser humano en una de dos formas, para bien o para mal.


Declaración 
Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.








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