miércoles, 6 de abril de 2016

Día 97 El principio de la sabiduría


Salmos 111:10.......El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.

La Biblia describe el temor de Dios como una actitud de reverencia y respeto. El temor de Dios puede considerarse como el deseo de quedar bien con el ser amado, el no querer fallarle. 

Al ver esta definición, uno debe examinar su vida y ver si en verdad poseemos esta reverencia, y respeto hacia el Señor. Si algo logramos tener en nuestras vidas, y debemos esforzarnos es que nuestra vida sea marcada por el temor de Dios, el deseo de agradarle en todo.

Es cuando, antes de ejecutar una acción, usted se pregunta “¿será que lo que estoy haciendo agrada a Dios?” Un ejemplo: los hombres o las mujeres al vestirnos  deberíamos preguntarnos “¿será que esta forma de vestir ofenderá a Dios?” o cuando hablamos, “¿será que son correctas las palabras que salen de mi boca?”

Cuando el temor de Dios more en nuestros corazones, entonces alcanzaremos la verdadera sabiduría. Se cumplirá Proverbios 2:5–6 en nosotros, que dice: “entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” 

La Biblia  dice: "El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. (Eclesiastés 12:13)

Proverbios 2:5–6 (RVR60) “Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.  Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.”

En forma inversa, el tener o adquirir el temor a Jehová es de sabios. El "temor a Dios" es un principio por el cual el hombre adquiere sabiduría también.

El temor a Dios se puede aprender si no se tiene. Proverbios 3:5-8 (RV 1995) dice: "Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal, porque esto será medicina para tus músculos y refrigerio para tus huesos.”

Declaración 
Señor, te ruego me muestres todo pecado que esté oculto en mi corazón. Deseo renunciar a todo aquello que te ofenda. Quiero aprender a tener temor de ofenderte. No me apoyaré en mi propia prudencia; me apoyaré en tu palabra, la consultaré en todo  momento

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