jueves, 21 de abril de 2016

Día 112 No olvidar que el que nos bendice es Jehová



Deuteronomio 8:12..…...No suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios.

Si usted piensa que Dios no existe, le informo que, aun así, Él es quien le bendice y le sustenta. Igual si usted sabe que Él es su creador pero usted le ignora, de todas maneras, Él es quien le bendice.

Si usted hoy no ha logrado riquezas ni ha podido obtener una casa propia y por fin logra escalar al éxito, hace una fortuna y edificar casas, no olvide que Él es quien le bendice. Este es el principio: "nunca olvides que quien te bendice es Jehová.”

La Biblia contiene enseñanzas al respecto; una de ellas la encontramos en el libro de Deuteronomio 8. El Señor le recuerda a Israel: que Él los sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;  que les  sustentó con maná en el desierto, con comida y agua que salía de una roca.

Que les guardó en el desierto y les llevó a una buena tierra que sus  padres no habían conocido y les advierte:  "no digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tú Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día." 

También les advierte: "Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis."

"Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal, porque esto será medicina para tus músculos y refrigerio para tus huesos."

El Señor, hablando por medio del profeta Óseas, dijo a Israel: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos..…”

Recuerde: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Santiago 1:17)

Declaración 
Declaro que nunca olvidaré que Jehová,  mi Dios, me perdonó todos mis pecados por medio del sacrificio de Jesús. Al tomar mi lugar, su sangre derramada los borró por siempre. No olvidaré que Él es quien sana mis dolencias, que da paz a mi ser y me rejuvenece  como al águila.

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