martes, 19 de abril de 2016

Día 110 La misericordia y la verdad



Proverbios 3:3.......Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón y hallarás gracia y buena opinión
ante los ojos de Dios y de los hombres.

La Biblia nos enseña que la relación con Dios produce en nosotros un fruto: "el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza." (Gálatas 5:22)

La Biblia  también nos enseña que Dios le regala a los hombres dones, talentos, para la edificación de la iglesia. "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas." (1 Corintios 12:8)

Los principios no son dones ni señales; son leyes que, si usted las cumple, obtendrá un beneficio, y no se hará daño usted mismo. Este es el caso de la misericordia y la verdad. Siempre debemos tener misericordia por todos los que la necesiten sin importar si son amigos o enemigos, de la misma creencia religiosa o no.

El Señor Jesús dijo: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia." (Mateo 5:7). También expresó: "pero vayan y aprendan lo que significa: Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios." (Mateo 9:13)

Dios ha sido misericordioso con cada uno de nosotros al perdonar nuestros pecados, al sanar nuestras enfermedades, librarnos de la esclavitud a la que estábamos sometidos por el diablo, al darnos paz. Todo ello lo hizo por medio de su hijo Jesús, el cual tomó nuestro lugar en la cruz.

Él ya ha sido bueno y misericordioso con nosotros y Él desea que nosotros seamos misericordiosos con otras personas, no como un don, no como un resultado de una relación, no por afinidad ni familiaridad sino porque Él lo demanda. Lo que de gracia recibimos, eso damos a otros.

"Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios." (Miqueas 6:8)

Declaración
Señor, lo que tú me pidas eso haré. Tendré misericordia de mi prójimo sin importar quien sea; lo haré pensando en Jesús quien ha sido misericordioso conmigo. Gracias por tu promesa, la cual dice que seré bienaventurado.


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