martes, 15 de marzo de 2016

Promesa día 75 Él nos hará subir sobre las alturas




Isaías 58:14.......Entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Las promesas de Dios son para nuestro beneficio, ya sea salud, largura de días en la tierra, bienestar de nuestros hijos, paz, vida eterna con Dios o, simplemente, para deleitarnos.

Usted debe soñar, usted debe anhelar el poder subir a las alturas, al lugar de la morada de Dios en los cielos. Pensamos con frecuencia, "Dios me pondrá en lo alto en la tierra, seré cabeza y no cola." Eso está bien y es así, pero piense también en estar un día en su presencia físicamente.

Tenemos una promesa, nos deleitaremos, nos hará subir a las alturas, nos sentaremos en su mesa y nos dará de comer, pero tenemos una condición:

"Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras ...Entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra.” (Isaías  58:13)

"Retraer del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad"  es una acción tuya y no de Dios. Laboralmente tenemos un día de descanso. Ese día ofrécelo a Dios, asiste a la iglesia, participa de ella, sé parte de ella. Dile al Señor que se haga su voluntad y no la tuya.

Llamar a ese día: "delicia, santo, glorioso y lo venerares" marcará nuestro futuro en bienestar y en deleite. Usted notará que siempre esperamos un día especial como la graduación, el cumpleaños, el matrimonio, el fin de año etc. Pues así deberíamos esperar el domingo para ir a la celebración del culto a Jehová. 

Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y salvador, espiritualmente entramos en el reposo de Dios, descansamos de todas nuestras cargas y nuestra vida es diferente. Es un deleite vivir en su presencia, pero la acción de aceptar a Jesús es nuestra y no de Él ni de ningún familiar o amigo nuestro.

Las promesas son fáciles de obtener pero requieren algo que yo debo hacer, lo cual nunca es gravoso ni perjudicial.

Declaración
Declaro que descansaré en el Señor Jesucristo todos los días de mi vida y mis cargas le entregaré. Declaro que mis días de descanso laboral dedicaré a Él y someteré mi voluntad a Él. Caminaré en ese día de acuerdo a lo que Dios me diga que haga.

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