miércoles, 4 de mayo de 2016

Día 125 La doctrina del pecado


Romanos 3:9....... ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno. No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

La enseñanza del pecado recibe el nombre de hamartiología,  la cual viene de la palabra griega hamartia que significa errar el blanco. Esta doctrina nos enseña que todo ser humano al nacer trae en sus genes, y en su ser, impregnado  el pecado, y que, humanamente,  es imposible no pecar, pues el pecado es heredado de nuestros padres y antepasados. El Señor nos dice en  Jeremías 12:33: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”

El pecado estaba ya presente en el universo desde antes de la caída de Adán y Eva (satanás había pecado ya). La Biblia, sin embargo, no se ocupa directamente del origen del mal en el universo, sino que trata más bien del pecado y su origen en la vida del hombre.

Santiago 1:3 dice: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;  sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido, entonces  la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.  

El pecado ocasiona la separación del hombre de Dios. Romanos 3:23 dice: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”

La solución al pecado la encontramos al confesar nuestros pecados, arrepentirnos y aceptar a Jesús como nuestro salvador. "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;     Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.  Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado.” (Salmo 32:5)

Filipenses  2:6 dice de Jesús, nuestro Señor,  "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,  sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”

Romanos 3:23  dice que hemos sido justificados: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,  siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.”

Declaración 
Mis pecados te confesaré hoy, y hallaré tu gracia y tú perdón. Creo en la redención por la sangre de Jesús. Creo que he sido justificado ante El Padre celestial. Creo que he sido redimido y que Jesús ha sido Propicio a mí

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