martes, 10 de mayo de 2016

Día 131 La doctrina de la justificación



Romanos 3:3 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Esta  doctrina establece que todos los seres humanos hemos pecado, por lo cual nunca participaríamos de  la presencia de Dios. Lejos de Él sólo hay angustia, tormento, soledad, dolor etc.

Esta doctrina usa la figura de alguien que, al ser condenado a muerte, otro se ofrece en lugar suyo a cambio de su liberación. En este caso, Jesús se entregó para que nosotros fuéramos libres, convirtiéndose en el redentor.

La justificación es la gracia (regalo) de Dios, por la cual él perdona todos nuestros pecados y nos acepta como justos delante de él. La justificación es realizada solamente en virtud de la justicia de Cristo, la cual  recibimos únicamente por la fe.

Ningún ser humano será justificado por cumplir la ley, por realizar obras o por tener un buen comportamiento social. Romanos 3:20 dice: “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”

Romanos 4:25 afirma de Jesús: "el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”

Si Jesús no hubiera resucitado, nunca hubiéramos sido justificados. Él se presenta delante de su Padre que, al mismo tiempo, es el Juez y le muestra sus manos y sus pies heridos por los clavos, su frente  marcada por las duras espinas de la corona y su costado atravesado por la cruel lanza y le dice: “Padre, perdónalos. Recuerda, yo pagué con mi vida por ellos.”

Romanos 5:5 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”

Si usted se arrepiente sinceramente hoy de todos sus pecados, cree que Jesús murió, tomando su lugar de muerte, si su fe es firme, entonces, será justificado. La prueba de esto será que usted experimentará Paz.

Declaración 
Creo que he fallado muchas veces, que he cometido grandes errores a los cuales la Biblia llama pecado. Entiendo que merezco ser condenado por ellos, no mereciendo el perdón de Dios, pero hoy, por la fe, estoy seguro que Jesús tomó mi lugar  y al morir mi deuda pagó y, al resucitar, me justifico

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