Día 136 La doctrina de la santidad

Hebreos 12:14........“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”

Esta es una de las doctrinas que le dan un rumbo distinto al ser humano. Es posible salir del pecado y vivir una vida Santa que agrade a Dios.

La palabra “santo” es la traducción del hebreo “quodesh” que quiere decir “separado para Dios.” 

Esta doctrina trata acerca de que el hombre puede ser Santo. En otras creencias religiosas sólo una persona, entre millones, se convertirá en santo después de muerto y después de cierto proceso. Sin embargo, la Biblia, que es la palabra de Dios, dice otra cosa distinta. Es en vida que el hombre o la mujer pueden ser santos.

Él nos dice a nosotros: "Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios" (Levítico 20:7)

También nos dice en el libro de Hebreos 12:14 "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”

Dios le dijo a Israel: "Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios."

1 Pedro 1:15-16 dice: “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”

Así como el agua y el jabón limpian nuestro cuerpo, la palabra de Dios limpia nuestra alma. Juan 17:17 dice: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”  Efesios 5:26  dice: “…para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra.”

La palabra de Dios es su Espíritu.  2 Corintios 31:18 dice: que “somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”

1 Tesalonicenses 5:23 dice :“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo.”

Usted no necesita morir siendo bueno para convertirse en santo, usted necesita, estando vivo, tomar la decisión  de apartarse  del pecado y permitir que la palabra de Dios ministre su vida y creer que Jesús murió por nosotros para el perdón de pecados.

Declaración 

Hoy tomo la decisión de apartarme de toda práctica pecaminosa. Hoy decido leer la Biblia y meditar en la palabra de Dios. Buscaré a Dios cada día con gran fervor. Hoy le abro mi corazón a Jesús, mi salvador.