sábado, 11 de junio de 2016

Día 162 Aceite para las lámparas


Levítico 24:2...Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente.

Dios ordenó construir un candelero de siete lámparas de oro puro, de una sola pieza forjada, a golpes. El oro tipifica la divinidad, la pureza de Jesús. La lámpara tipifica su cuerpo golpeado por nuestros pecados.

Las olivas machacadas representan también a Jesús, el cual cuando fue golpeado, lo que salió de Él fue bendición. El aceite obtenido de ese modo tipifica su Santo Espíritu.

Jehová nuestro Dios quiso enseñarnos de la obra de Jesús y del Espíritu Santo.

Ahora ese candelero tipifica también al creyente lleno del Espíritu Santo. Dios alertó  a los sacerdotes de la antigüedad que no debían permitir que la lámpara de apagase. Nunca debía faltar el aceite para las lámparas, como nunca debe faltar la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

El rey David, después de pecar, dijo “no quites tu Santo Espíritu de mí”. La parábola de las vírgenes imprudentes nos habla de las lámparas sin aceite y su consecuencia y el pasaje que leímos nos indican de que no se debe apagar , que hay que buscar el aceite,  y debe ser permanentemente.

Creo que es tiempo de decir como David: "crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.  Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.  Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.”

Es posible tener un Espíritu nuevo si tan sólo le creemos a su palabra cuando nos dice y "recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros y me seréis testigos.” Parte de ese poder es para vencer el pecado, las tentaciones. Otra parte es para obtener gozo permanente, paz. Otra parte es para orar por los enfermos y recibirán sanidad, y para pregonar libertad a los cautivos por el diablo.

Jesús, cuando quizo hablarnos de quiénes entrarán al reino de los cielos, refirió una parábola, la cual se encuentra en el libro de Mateo 25:1, de diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.......Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!! Y sólo las que tenían aceite entraron las demás se quedaron.

Declaración 
Señor, ruego que nunca falte tu presencia  en mi vida.  Entiendo que es un deber, una obligación, buscarte en oración, en tiempos a solas contigo, en lectura de tu palabra. Sé que es un deleite. Hoy declaro que mantendré mi lámpara encendida y  que alumbraré a otros

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