Éxodo 26:31........También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo.
Era imposible al hombre común entrar en el lugar santísimo y seguir vivo; ni a los sacerdotes les era permitido entrar. Sólo el " Sumo Sacerdote " con la sangre del sacrificio sustituto, y sólo en el Día de la Expiación (Éxodo 26:31-35; Levítico 16). Pero nunca podía entrar sin la sangre.
El velo era un recordatorio constante de que el pecado separa al pecador de Dios. Sólo hay un camino hacia la presencia santa de Dios; éste es Cristo, mediante la sangre del sacrificio.
El sacrificio del cordero profetizó el sacrificio perfecto de nuestro Gran Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial. Mientras el velo del tabernáculo estuvo intacto, el sacrificio verdadero todavía no había sido proporcionado.
El libro de Hebreos nos enseña : "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne" (Hebreos 10:19-20).
El escritor de hebreos habla del "velo de su carne" y se refiere a la vida humana de Jesús ofrecida como ofrenda en sacrificio a Dios. El camino del acercamiento a Dios ha sido abierto por el sacrificio de Jesús.
El Lugar Santo no tenía ventilación. En él ardía día y noche un candelero y un incensario. El olor del incienso quedaba impregnado en la ropa de los sacerdotes; “así debe ser cuando entramos en su presencia a adorar.”
Hasta allí tenían acceso únicamente los sacerdotes, si previamente se habían lavado en la fuente de bronce, y si usaban la vestimenta indicada por Dios.
Esto es similar a que cualquier persona puede, en la religión que esté, hacer un rito religioso, cantar las mismas canciones de los redimidos, usar ropas religiosas pero sólo puede llegar hasta ese punto; no puede entrar al lugar santísimo. En éste, sólo entran los redimidos por la sangre de Cristo Jesús. Los que menciona Gálatas 5:19 no pueden entrar en él.
Marcos 15:37 nos enseña: "Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”, dando a entender que hay un libre acceso a la presencia de Dios por medio del sacrificio de Jesús.
Declaración
Entraré al Lugar Santísimo por la Sangre derramada por mi Jesús al morir. No tendré temor; tendré confianza. No moriré; viviré, pues su sacrificio me redimió, me salvó y, en su resurrección, me justificó.
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