martes, 21 de junio de 2016

Día 172 Las tablas de la Ley



Deuteronomio 10:1.......En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera;  y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca.

Quien relata estos hechos es Moisés a quien, con anterioridad a este relato. ya Dios le había entregado unas tablas que tenían escritas las leyes o mandamientos de Dios: "Y dio
a Moisés, cuando acabó de hablar con él, en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” (Éxodo 31:19)

Esas primeras tablas fueron destruidas al ser arrojadas al piso por Moisés en un momento de ira cuando, después de una ausencia de cuarenta días, encontró que el pueblo se apartó de Dios y adoraba en medio de danzas a un becerro de oro, diciendo que ese era el dios que les sacó de Egipto. (Éxodo 32:19)

Las tablas de la ley, conocidas también como las tablas de los mandamientos, fueron colocadas en el arca para testimonio a las futuras generaciones.

Las tablas en el arca del testimonio tipifican los mandamientos o estatutos de Dios en nuestros corazones   por siempre.

"Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón"  (proverbios 7:1).

El Señor nos exhorta a guardar nuestros corazones de todo tipo de pecado, no sólo los de carácter sexual, sino también de los que alteran nuestra alma como la ira, la rabia, pleitos, contiendas celos etc.

"Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida." (Proverbios 4:20)


Declaración 
Jehová mi Dios, en mi corazón, como en un cofre, guardaré tu palabra, tus mandamientos, tus estatutos y tus dichos para no pecar contra ti. Ruego, en el nombre de Jesús, que coloques guardas que guarden  tan grande tesoro día y noche.


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